KoЯn en el Luna Park

martes, 19 de octubre de 2010


Una noche apocalíptica se vivió en Buenos Aires el pasado domingo 18 de abril. Motivos sobraban: Alerta meteorológica; granizo destructor de coches, ventanas y tejas; frío, lluvia y lo más importante: la segunda presentación de Korn en Argentina, la banda que supo inventar y sobrevivir al género nu metal. Sin dudas uno de los grandes jinetes del fin del mundo.

Luego de su inmejorable primera presentación en nuestro país, allá por el 2008, en aquel festival que trajo también a Ozzy Osbourne, estaba claro que la banda de California debía volver a estos pagos. La cita fue en el Luna Park, ante más de 7 mil almas metaleras, en un show de casi dos horas.




El comienzo fue insólito: quizás puede que nos hayamos mal acostumbrado a esperar más de la cuenta por la aparición de los músicos en los recitales, pero nunca -creo- se había dado la situación de que la banda saliera al escenario 15 minutos antes de lo acordado. Consuelo para los puntuales, enojo para los que llegaron en el horario pautado.



Los primeros acordes de 4U, del disco Issues de 1999, desvirgaron a un auditorio ansioso por ver al cantante Jonathan Davis, el bajista Reginald “Fieldy” Arvizu y a James “Munky” Shaffer en guitarra principal, los fundadores y dueños de Korn. Además los acompañaban Ray Luzier en batería (con personalidad de sobra, al parecer), Shane Gibson en guitarra y Zac Baird en los teclados/efectos.



La masa de gente explotó con Dead bodies everywhere al punto que parecía que era una sola unidad saltando al ritmo de la batería. No había lugar para débiles. Coming Undone fue el primer gran hit de la noche, mezclado, como vienen haciendo en sus demás presentaciones, con el tema de Queen, We will rock you. Para lo que se vivió en Here to stay, de Untouchables (2002), la palabra agite le queda pequeña: Pogo, mosh, frenéticos cabezasos y manotazos por doquier, caos. Una fiesta.



Falling away from me, con un final espectacular de gritos desgarradores por parte de Davis, fueron el puntapié para que todo el campo, plateas y populares les dedicara el típico canto argento “Olé ole ole” y flameara sus remeras, mientras los Korn miraban absortos hasta que el cantante exclamó: ”¡Buenos Aires, you are the craziest motherfuckers! This is a new song, join with us” (¡Buenos Aires, ustedes son unos locos de mierda! Esta es una nueva canción, únanse con nosotros). Esa fue la introducción para Olidale, uno de los temas que será parte de KoЯn III: Remember who you are, grabado con el productor Ross Robinson, que estará en la calle antes de mitad de año.



La lista siguió con Somebody, someone, en el que los puños del auditorio se alzaron al unísono en los estribillos. Did my time, de Take a look in the mirror (2003) contó con la particularidad de que una bandera de Argentina le fue obsequiada (se la tiraron en la cara al cantante) con la insignia de la banda. Uno de los puntos más altos de la noche fue el noveno tema, Throw me away, que, por la cantidad de celulares y cámaras que lo filmaron, seguramente se podrá ver en Youtube desde todos los ángulos posibles.



Un solo de batería, acompañado frenéticamente por el bajo, fue la introducción de Freak on the Leash, mientras que para Faget, del primer disco KoЯn (1994), la guitarra de Munky tocó un acorde similar al sonido de una orca rabiosa. En cambio, todo el mundo reconoció en seguida las primeras notas de Blind para que, de forma muy organizada, se armaran las rondas correspondientes y sean motivadas por J.Davis con un sutil “¡Buenos Aires, make some motherfucking noise!” (¡Buenos Aires, hagan ruido la puta madre!”.



La gaita en manos del cantante indicó el inicio de Shoots and Ladders y sólo quedó lugar para que los californianos se despidieran al palo con Got the Life, agitada por todos los metaleros que avecinaban el fin del recital. La sensación general fue la de “hasta luego muchachos, nos veremos cuando vengan a presentar su nuevo disco, no nos pueden fallar eh”.

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