El hermetismo alrededor del padecimiento de Gustavo Cerati es cada más significativo. El último parte médico ofrecido el martes (¡cinco horas después de lo anunciado!), decía claro que "no se brindaría información hasta que el paciente genere alguna noticia significativa". Pero, dicho recelo alrededor de su estado de salud, no hace otra cosa que plantear dos preguntas: ¿Hay algo más grave detrás del silencio? ¿Si la salud del ex líder de Soda Stereo empeora, también será comunicado?
Obviamente, dichos enigmas jamás tendrán respuesta. Por lo pronto, lo cierto es que la familia Cerati se replegó y edificó un muro alrededor de la situación. No sólo ello, muestra su disgusto si alguien del entorno cercano abre la boca para emitir opinión. La nota exclusiva que publicó 10Música el viernes pasado, no hizo más que generar antipatía y endurecer la política que decidieron tomar los parientes del músico, con su hermana, Laura Cerati, a la cabeza.
La presión que recibió su novia, Chloe Bello, para que no se presente el domingo pasado en el programa televisivo de Susana Giménez es una muestra contundente de ello. Por lo pronto, desde Chile la ex mujer de Gustavo, Cecilia Amenabar, y madre de sus hijos, Benito y Lisa, mandó un mensaje con forma de rezo. “Quiero que te recuperes”, fueron sus palabras. Sin poder en los medios, para este domingo sus fans convocaron a una reunión en el Planetario de Palermo, donde se rezará por la salud del artista que tantos momentos de alegría les brindó.
Mientras tanto, Gustavo pelea su propia batalla desde una cama del Instituto Flemi. Su situación es grave, angustiante, delicada. Al igual que sus fanáticos, todos los que alguna vez disfrutamos de su arte esperamos lo mismo: que despierte y comience una recuperación que, como nos habían anticipado mientras permanecía en Caracas, será dura. Quizá, sea el momento de sincerarse, clarificar la situación y blanquear el panorama. El esfuerzo compartido, es lo que provoca el milagro.
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