El regreso de Peligrosos Gorriones

lunes, 12 de abril de 2010


La banda platense que en los ‘90 supo liderar la vertiente más personal y salvaje del “Nuevo Rock Argentino” le cuenta por qué, cuándo y cómo vuelve para revalidar los bien ganados laureles. Reconciliados con su pasado y sin cuentas pendientes, Bochatón, Coda, Karakachoff y Velázquez se proponen agregar un nuevo capítulo a la historia que empezaron a escribir hace casi veinte años, en el Boulevard del Sol, con amor, furia, pop, punk y psicodelia.

“La vuelta se dio en un recital en el que tocamos los cuatro con nuestras respectivas bandas; al final subimos a zapar unos temas -¡sin haber ensayado en los últimos 11 años!- y salió bueno. Listo”. El relato con que el violero Guillermo Coda resume la serie de chispas que encendieron el motor Gorrión, una década después del adiós, mezcla entusiasmo juvenil y admiración por una química particular que considera intacta. Sensaciones que comparte Francisco Bochatón, bajista, cantante y letrista de la banda: “nos gustó, nos sentimos bien y hacerlo trajo satisfacción. Los recitales y las propuestas económicas vinieron después, como siempre en la historia de la banda: nosotros hicimos las cosas y después nos llamaron. Es mucho más fuerte la necesidad de hacer algo que nos gusta y que es nuestro; creo que a ninguno le costo más que a otro volver”.

El regreso será de la mano del repertorio clásico de la banda. Pero Bochatón aclara que “los sonidos no son exactamente los mismos porque tenemos más experiencia y técnicamente otros medios; es decir, las estructuras están casi iguales, pero la interpretación es otra, es 2010″. Coda agrega que “los temas están como nos salen hoy, para mí tienen la misma vigencia que ayer y que mañana”.

“Todos tenemos mucha más experiencia y se nota en cómo tocamos e interpretamos” admite el cantante: “cada uno siguió tocando y aprendiendo, también grabando discos y eso suma”. El guitarrista aclara que “igual, en los ensayos nos cagamos de risa… ¿si son más tranquilos que en los ‘90? naaa…”.

Para los próximos recitales -incluyendo el que en algunos días ofrecerán en la Ciudad-, la banda prepara una lista basada en sus dos primeros álbumes: “Peligrosos Gorriones” (1993) y “Fuga” (1995). “Hay muchas canciones de los primeros discos y algunas menos de ‘Antiflash’… igualmente en los ensayos pasa de todo” precisa Bochatón. Y Coda no descarta sorpresas: “son los Gorriones, algo inesperado puede haber”.

En el terreno de las novedades, la idea de grabar material inédito sobrevuela pero no cobró forma. Francisco considera que “es difícil hablar de eso, lo que planteamos fue ir paso a paso”, y Guillermo que “todo es posible, pero tendríamos que tener una ‘charla técnica’”. Al fin y al cabo, ni ellos ni los otros dos Gorriones -el baterista Rodrigo “Rocky” Velázquez y el tecladista Martín “Cuervo” Karakachoff- planean poner en el freezer sus proyectos grupales junto a Miles, Pájaros y Bazaar. De hecho, Bochatón está preparando nuevo disco solista.

Ese “nuevo rock” de siempre

“Nada es ‘retro’, o mejor dicho no creo que la música tenga un tiempo determinado” recapitula Bochatón: “nosotros siempre tuvimos algo de atemporal; pero no considero que una obra de arte pase de moda, eso sólo se daría sí fuese una obra con intereses para una época”. Coda coincide con que “hay temas de los Gorriones que siguen teniendo esa cosa rara o novedosa después de unos cuantos años, como ‘Cacería de caballos’, ‘Penumbra’ o ‘Una dosis’, por nombrar sólo algunos que tienen en su armonía y letra algo diferente”.

“El ‘nuevo rock argentino’ fue una etiqueta que le puso alguien a un grupo de bandas de la misma edad” recuerda el violero: “todos sacamos nuestros primeros discos a principios de los ‘90. A la distancia, no sé si se puede decir que hubo un ‘antes y después’, pero sí que fue una época de creatividad y farra, y que dejó algunos buenos discos y otros tantos shows para la posteridad”. Bochatón evalúa que “esos años tuvieron muchas bandas que abrieron un camino, mostraron nuevos colores, texturas, sonidos y actitudes, y eso sirvió para abrir cabezas. Muchas bandas recogieron eso. La principal influencia fue generar una apertura a algo más despierto”.

“Los noventa tuvieron un sonido potente, y en el caso de los Gorriones, las producciones de los discos fueron totalmente profesionales” señala Francisco: “ideológicamente no era igual al indie actual, que en mi interpretación es algo pop o más íntimo y con producciones ‘low-fi’. De todos modos, nosotros ideológicamente tampoco estábamos tan ligados a lo que se llamó ‘nuevo rock argentino’, siempre tuvimos una vida independiente”.

“Nosotros grabábamos nuestros demos en una portaestudio de cuatro canales, y hoy podés hacer un disco en tu casa con una PC y colgarlo en la red” subraya Coda: “para una banda ‘indie’ o under eso es una gran diferencia”.

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