Grabaciones inéditas de Tanguito

martes, 29 de diciembre de 2009

"Yo soy Ramsés", es un maravilloso documento del primer mito del rock argentino. Son grabacones inéditas de 1967 que muestran el extraño talento de Tanguito.
Tanguito nació como Joseé Alberto Iglesias el 16 de septiembre de 1945 y murió atropellado por un tren a la altura del Puente Pacífico el 19 de mayo de 1972, minado por el efecto de los electroshocks. En el medio, pasó por lugares claves de los años fundacionales del rock argentino(La Cueva, La Perla de Once, Plaza Francia) y compuso algunas canciones que lo ytascendieron. El éxito de La Balsa (que firmó junto Nebbia) lo desestabilizó y potenció su costado autodestructivo. El consumo de drogas lo arrastró a comisarías, a la cárcel de Devoto e, incluso al Borda. Al poco tiempo de sus detenciones e internacionesm Tanguito era un zombie que cuando podía se escapaba a la casa de sus padres, en Caseros. En una de esas fugas murió.
Un álbum publicado post mortem en 1973 cristalizó el mito, un mito extraño, de la época del rock ghetto. El mito fue aprovechado por la pésima película Tango Feroz, de Marcel Piñeyro, éxito de 1993 que despertó una fiebre revisionista que, sin embargo, no alcanzó a revelar la dimensión artística de Tanguito. Los elementos eran esacasos: un simple de 1968 (La Princesa dorada/El hombre restante), el álbum póstumo, en realidad, una tomas caóticas y despojadas en los estudios TNT, testimonios orales y no mucho más.
Ahora apareció el eslabón perdido. El documento es formidable: una serie de grabaciones realizadas el 20 de octubre de 1967 que, cuenta el periodista Pipo Lernoud en el iluminador texto
que acompaña la edición, muestra el mejor momento de Tanguito: en julio de ese año había salido La Balsa por Los Gatos y todos buscaban al coautor del tema. En meses RCA ponfría a su disposición la orquesta de Horacio Malvicino para grabar La Princes Dorada.
Pero ahora ahí está él, solo con la guitarra. Encabeza cada toma con el título de la canción y, en dos oportunidades, la antecede con conn frase "Yoy Ramsés" (Ramsés era como quería que lo llamaran; el apodo de "Tanguito" tenía un origen peyorativo). Hay temas que confirman y temas que revelan. Lo primero que sorprende es el ritmo d ela mano derecha de su guitarra; un ritmo machacante, por momentos anfetamínico por decirlo de alguna manera, y en otros, hipnótico. Maneja pocos tonos, pero con un extraordinario swing de juglar rocanrolero. Sobre esa guitarra cabalga una voz desgarrada. Tanguito quiebra su voz de dolor con una entonación que muerde banquina y derrapa. Esa manera de cantar sin red sugiere ahora, 42 años después de la grabación, al menos honestidad.
Hay 2 canciones propias que destacan; la maravillosa Sutilmente, a Susana y No Vuelvas, dos amores no correspondidos, envueltos en ese fraseo e quejido viril. Las temáticas no se corren del espíritu de la época y ahora se escuchan algo cándidas: el pacifismo (El hombre restante, con letra de Javier Martínez: Lo inhumano), el anticlericalismo (Vociferando) y la crítica general al sistema. El disco se escucha emparentado con el espíritu de 30 minutos de vida, de Moris, también concebido por esos días. De hecho, Tanguito versiona el enorme Yon no pretendo(Esto va para atrás) y Soldado, canción d ela época de los Beatniks. Completan Yo soy Ramasés la conocida Amor de primavera y La historia de un muchacho (Billy el naufrago).

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